¿Te suena familiar cuando alguien te comenta que no debes saltarte el desayuno, pero no sabes realmente porque es así?

El desayuno, sin duda, es una de las comidas fundamentales de nuestro día a día.

“Tu cuerpo, necesita energía para poder funcionar con normalidad y comenzar el día”. A través del desayuno obtenemos el “combustible” necesario para comenzar el día luego de varias horas de sueño.

Tanto el cerebro como nuestros músculos requieren energía rápida (glucosa) aportada por los alimentos. Si el cerebro no tiene glucosa suficiente, este la obtendrá de aquella destinada para el músculo. Además, en las horas de la mañana predomina la hormona cortisol que estimula la destrucción de las proteínas musculares y su conversión en glucosa, además de depletar las reservas de glucógeno (glucosa almacenada por el músculo). Con esto a su vez, perdemos la concentración en nuestras tareas matutinas, ya que nuestro cerebro está preocupado de obtener energía para mantenerse despierto, por lo tanto disminuye el rendimiento cognitivo.

Otros beneficios de tomar desayuno…

• Ayuda al control del peso corporal
• Ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares
• Genera sensación de bienestar

Las personas que no toman desayuno:

• Realizan más “picoteos” durante el día.
• Tienden a elegir alimentos de bajo valor nutricional y muy calóricos
• Tienen más riesgo de presentar sobrepeso y obesidad, como también alteraciones de los niveles de glucosa en sangre.

¿Y si no alcanzamos a tomar en nuestra casa?

Toma una colación rápida como frutos secos, leche individual o un sándwich para el camino. Lo importante es romper el ayuno de la noche.

¿Qué pasa si mi primera comida del día es el almuerzo? Al prolongar el ayuno por tantas horas nuestro metabolismo disminuye y se pone lento. A la vez, comerás con más ansias, por lo que los volúmenes de comida serán mayores a lo recomendado y gran parte de la comida será considera por tu cuerpo como un excedente que se desviará hacia depósitos de grasa y ganaras peso.